29 nov 2011

BENICÀSSIM POST-FIB


A propósito del carril bici del anterior post, me ha venido a la cabeza el carril bici de Benicàssim, ciudad veraniegomusical por la que anduvimos el pasado verano justo después del famoso festival.
Segregada para la ocasión la asociación de padres y madres comunioneras amig@s de MiguelTurra, a la que se añadieron unos amigos maicanos de Barcelona (maicanos = amigos de Maica).
Para no encontrarnos la crisis durante esos días de asueto, evitamos campings, hostales, pensiones y directamente contratamos los apartamentos de un magnífico resort ubicado entre la playa y la montaña.
A tutiplén.





Lo mismo hicimos esos días a la hora de comer. Nada de McDonald´s, Bocatta y similares, directamente al hotel/restaurante Vora Mar, que como su nombre indica no está en la montaña, ubicado frente a las lujosas y famosas villas, al que acudimos aconsejados por la fiber Eva Colomer, lugar en el que transcurre la última novela de Manuel Vicent y en el que disfrutar comiendo y de un bello atardecer.
Muy recomendable. www.voramar.net.




Por la noche más de lo mismo. A cenar al restaurante Torre Bellver, el restaurante del Club de Pádel, en el cual una simpatiquísima Lurdes (que no Lourdes según me indicó) nos atendió entre los oropeles de lo más granado de la ciudadanía castellonense e ilustres visitantes. (Me pareció escuchar: ¡Aznar, Aznar!, o sería: ¡A cenar, a cenar!




Ya os digo, ni rastro de la crisis.
De lo que disfrutamos en toda su extensión, a lo largo y a la ancho, pero no en lo profundo (que lo pudo haber), fue del carril bici que transcurre entre la costa y la montaña, en un paraje natural, dando lugar a un amplio colectivo ciclista en la ciudad. MOLT XULO.



Espectacular! Eso fue lo que nos encontramos, un espectáculo de culos.
Transitando por el carril bici surgieron inesperadas necesidades fisiológicas que atender que nos hicieron abandonar el sendero en busca del alivio entre matojos y arbustos.
¿Y qué nos encontramos?
Tíos desnudos con cuerpos robustos, una zona de tíos en bolas que no en volandas.
Mi sensor arácnido y los conocimientos adquiridos viendo Callejeros y en alguna comida en el Turangalila, me hicieron saber que nos encontrábamos en una zona de Cruising, por cierto más transitada que el carril bici.
Siguiendo con el refrán “Dónde estuvieres haz lo que vieres”, decidimos quedarnos en bolas para no desentonar y abandonar disimuladamente el lugar con el miedo y el meo en el cuerpo.
A destacar el amplio abanico de artilugios adecuados al uso de los cruisistas que pudimos observar. Tipo Eurodisney pero X.
Tal vez este titular de prensa provenga de una visita a la zona.


The king with his black eye
King Juan Carlos on Tuesday, with black eye and sticking plaster.


Lo que si queda claro es que las autoridades deben tomar cartas en el asunto y señalizar adecuadamente lo que nos podemos encontrar.


19 nov 2011

BAD DAY FOR THE PICNIC


Hace un tiempo aparecía esta noticia en prensa:


El Consistorio de Algemesí abre el nuevo carril bici
Permitirá compatibilizar el paseo en bicicleta con la seguridad y el disfrute de un entorno único
Se han fijado todas las indicaciones estatales y autonómicas para garantizar la accesibilidad del mismo para personas invidentes y de movilidad reducida
El trazado incluye un recorrido paisajístico que se apoya en el poema “Vora el barranc dels Algadins” de Teodor LlorenteAlgemesí (24-03-11). El Ayuntamiento de Algemesí inaugura el nuevo carril bici que recorre la ciudad desde la ermita de San Onofre hasta el polígono de Cotes; conectándose también con el trazado de carril bici existente al norte de la población.El carril está compuesto por dos calzadas. Una de ellas estará destinada al paseo peatonal y la otra, a la circulación de bicicletas en todo su recorrido, conviviendo a partir de su mitad, con los vehículos especiales, esporádicos, propios de las explotaciones agrícolas.Algunos de los tramos del nuevo carril se han dotado de pavimento para aminorar su desgaste, o por encontrarse cerca del entorno urbano. Es el caso del tramo del carril bici a su paso por la ermita de San Onofre.Aun así, la mayor parte del trazado recurre a pavimentos drenantes propios del entorno agrícola en el que se ubican, siendo éste el aspecto definitivo de la actuación.Sostenibilidad y accesibilidad
El paseo está concebido para el uso y disfrute de todos los públicos, sea por personas invidentes, mediante el trazado de caminos seguros completamente señalizados para cubrir sus necesidades, o bien, por personas con movilidad reducida, para los que se han incorporado las prescripciones fijadas por las órdenes estatales y autonómicas en materia de accesibilidad.El proyecto se ubica en un ‘entorno privilegiado por el emplazamiento de explotaciones de cítricos en plena producción, factor que le proporciona un entorno inmejorable para el esparcimiento’ explica el Alcalde de Algemesí, Vicent Ramón García Mont.Así pues, se ha intentado ‘reproducir frentes de plantaciones que recreen las explotaciones frutales en todo su recorrido, y evitar, en la medida de lo posible, ocultar la carretera al paso del peatón para que el vínculo con el entorno rural sea aún más fuerte, a la vez que intenta minimizar la afección a las explotaciones’ explica.El trazado incluye un recorrido paisajístico que se apoya en el poema “Vora el barranc dels Algadins” de Teodor Llorente, reproduciendo las escenas de éste. Además se ha dispuesto una zona para el ensayo musical con las partituras más significativas de la fiesta de la Mare de Déu de la Salut. También, se han introducido en el entorno juegos tradicionales como el sambori o “les birles” y merenderos para un completo disfrute del paseo peatonal En su recorrido hasta el entorno del Polígono Pepe Miquel, el paseo recrea los “paradors” de los campos a modo de plazas que permiten el descanso durante su recorrido. Al final del paseo se ha construido una plaza para crear un espacio de reunión. Esta plaza, a su vez, se conecta con el Cami del Carnisser que permite el acceso al polígono a través de un paso inferior de hormigón que atraviesa el trazado de la AP-7.

Un sueño hecho realidad. Tengo bici, tengo carril bici y pronto seré testigo de imágenes tan sostenibles como estas.





Aprovechando que también tengo la tarde libre y el otoño estival que nos acompaña, me monto un picnic por mi cuenta y saldo raudo a disfrutar de las nuevas infraestructuras para merendar en los merenderos habilitados.
Dicen que el papel es muy sufrido y todo lo aguanta. Vamos a comparar la noticia periodística con las imágenes del lugar.


Al carril bici se accede por una zona señalizada y al poco de emprender marcha nos encontramos con una farola que esquivar. A la izquierda del carril se han plantado unos arbustos poco robustos que intentarán en un futuro (por el momento creo que lejano) ocultar la carretera que en estos momentos es totalmente visible y muy transitada.
A la altura de la zona genital (depende de la altura de cada uno) aparecen unos postes baliza para evitar el acceso de vehículos.







A mitad del recorrido encontramos un precioso mirador, (debe ser para el ensayo musical), que se asemeja al del Gran Cañón del Colorado, como colorado me puse yo al sentarme allí y observar que los conductores que pasaban me observaban a mí, mientras yo pensaba lo que ellos estarían pensando: “¿Qué hace este gilipollas ahí sin instrumento que tocar?.





Llegando al final del trayecto encontramos una zona más recogida en la que se ubican unos bancos y mesas. El merendero. Nada, a merendar.



Bajo de la bici, saco la merienda y nada más sentarme, un perro que se encuentra en la caseta de al lado empieza a no parar de ladrar y mi cuerpo acojonar. Ante la soledad del lugar y la insistencia del perro decido abandonar el lugar sin bocado probar.
Tras 5 minutos de pedaleo desde que inicié el acceso al carril, parando a realizar fotos y a intentar merendar, llego al final, lugar en el que se encuentra el punto de reunión, ubicado junto a la rotonda de acceso a la autopista. Lugar ideal en el que reunirse y hacer unos juegos con los niños, siempre que estos niños tengan las dos piernas rotas para impedir su movilidad y evitar el padecer de sus acompañantes. Ideal.



Este final también es perfecto para el cicloturista, ya que también puede ser el final de su vida, sobre todo si lo que se pretende es incorporarse al carril en dirección a la ciudad, aunque muy útil si la idea es coger la autopista en bici. Por cierto estuve buscando el paso subterráneo que venía en la noticia y no lo encontré. Igual es que no busqué mucho.
Como habréis observado, este carril es sobre todo de uso estival que es cuando el día alarga, ya que no hay ni una miserable luz que pueda iluminar las prontas y oscuras tardes de la época en la que nos encontramos, eso sí, siempre que algún temerario trabajador del polígono Cotes desee ir a trabajar en bicicleta.
No sé lo que habrá costado el carril a (de momento) ningún lugar, tampoco conozco al Sr. periodista que no debió visitar el lugar para realizar su paisajística y bucólica crónica, lo que sí sé es que me han fastidiado la ilusión, la merienda y una entrada digna en el blog.
Por cierto, entre la palmera, la farola, los postes baliza, el bordillo que separa los dos caminos, el final que aboca en la carretera, no dejo de pensar en los invidentes.
Cambiando de tema, si recordáis el hábito de monja utilizado en la San Silvestre de Albalat, ha pasado a habitar la piel de un halloweniano con un resultado ACOJONANTE.


Yo no me fiaría de todas las monjas.