25 oct 2011

Cervezas 3x2, tapas 50%


Este verano, por razones psicosomáticas, mi galeno, que es un médico con alma motera y heavy, me recetó de puño y letra el acudir a algún concierto que aplacase mis males.
A él le funciona.
El tema salió a colación este verano en una cena familiar improvisada en la terraza de mis herman@s, en la que disfrutamos de una fantástica noche de San Lorenzo, contemplando estrellas y ovnis.



Bueno, pues esta semana pasada he recibido mi dosis de medicamento y por partida doble.
El mediodía del martes recibo una llamada de mi hermano: “Vete vistiendo para un gran evento esta tarde/noche”, y me cuelga.
¿Evento? ¿Qué me dice este tío?
Pasados 15 minutos nueva llamada, esta vez de mi cuñada, “¿Ya estás?. Ponte para festival” y me vuelve a colgar.
¡Coño!, ¿Qué vamos a Eurovisión? pienso (luego existo)
Nada, no me ando con chiquitas y me pongo el traje.
Acicalado y perfumado, cojo la Vanmoof para acercarme a casa de mi hermano y cuando ya estoy a mitad de camino suena el móvil “Pasamos a por ti en 5 minutos”. Vuelta a casa.



Si impresionante fue el baile de la duquesa, el encuentro familiar no fue para menos. Yo con el traje y ellos con camisa grounge y gafas de pasta de colores y sin cristales. ¿????????
¿Pero dónde vas? Cámbiate que nos vamos de concierto. Actúan los Babasónicos y Love of Lesbian en Valencia.
Los Babasónicos son un grupo de rock argentino que han venido estos días de gira a Europa.
No sé el motivo, pero lo argentino, la música argentina y alguna argentina, han estado presentes en varias etapas de mi vida.
En el tema musical, primero disfruté con mis amigos con las cintas de Tequila, en casa del amigo Barberá, que a tan temprana edad ya lucía melena con canas.
Años después sucumbí a los Rodríguez y a todas sus escisiones asistiendo reiteradamente con el amigo Juanito Sol a los conciertos del colgado Calamaro, Ariel Rot, Sergio Makaroff, y de una superbanda como son la Bersuit Bergabarat.
El amigo Juanito vivió una etapa de argentinidad de varios lustros, en la cual me transmitió parte de su querencia por la lectura del Clarín, el juego del polo y de la gran variedad que ofrece la trastienda argentina. El amigo Juanito sabe saber.
En el tema de las féminas argentinas, he tenido la suerte de conocer y compartir con mi estimada mendocina a la que alabo sus estilismos de pies a cabeza.
Volviendo al día del concierto, llegamos a Valencia y a cenar. Encontramos un local cerca de la sala del concierto del que no os puedo indicar su nombre ya que el cartel que había en la fachada eclipsó toda posibilidad: “Cervezas 3x2 y tapas al 50%”. Sin mediar palabra entramos en un variopinto local, estilo Cheers, con motos, mesa de billar, sillones de piel, amplia barra cervecera y dicharacheras camareras. Empezamos bien.




3x3 = 9 cervezas después, nos acercamos a la sala con el ánimo de ocupar las primeras filas. Una vez tomadas posiciones observamos que en la parte superior de la sala había una zona en la que se encontraban los componentes de los Love Of Lesbian y allí que acudimos con el ánimo de saludarlos y que conseguimos muy amablemente, foto incluida.





Empezó el concierto con los Babásonicos. Aunque en su Twitter señalaron que el concierto fue una pasada, la realidad es que en la sala todos esperaban a los LOL, había más lesbianos que babosos.



Tras el cambio de los equipos musicales, cableado y cabreado incluido (joder si tardaron) aparecieron en escena los amigos de Love Of Lesbian, con su frontman Santi Balmes a la cabeza.
Hacía tiempo que no asistía a un concierto y me situaba tan a primera fila, lugar en el que la gente salta, suda, se roza y sobre todo goza. Me quité 20 años de encima durante casi 2 horas.
Para finalizar el concierto y para asombro y excitación de las girls presentes, surgió en el escenario Iván Ferreiro para cantar con el grupo a los fans de John Boy.




El broche de oro a tan inesperada y terapéutica noche aún estaba por llegar. A la salida de la sala escuchamos gritos de ¡Duquesa, duquesa! y esto es lo llegamos a ver. ¡Pobre Alfonso!.


1 oct 2011

RESTAURANTE ROSITA (XÀBIA)

(Se aconseja la escucha de esta banda sonora para la lectura de la entrada)
http://www.youtube.com/watch?v=_a1b5GoHGfc

Tras el árido verano acontecido el pasado año cruzando la estepa manchega, a esta época estival le hemos dado la vuelta para disfrutar de la costa mediterránea y de su mundo submarino.



Si amigos, años de infancia contemplando al comandante Cousteau sumergido en los mares de todo el mundo, las lecturas reiteradas de las novelas de mi tocayo Jules Verne, el capitán Nemo y su submarino llevados al mundo de los cómics en la Liga de los Hombres Extraordinarios (os recomiendo su lectura), me han despertado la vuelta al origen de las especies. El mar.





Pero el factor determinante ha sido la llamada de las sirenas. Me ha ocurrido al igual que a Ulises en su viaje a Ítaca. Noches en vela escuchando sinuosos e insinuantes cánticos de sirenas que me decían: “Pásate por Decatlhon, pásate por Decatlhon”, me han indicado el camino para adquirir un pack de esnorkel con el que contemplar la beldad de las profundidades marinas.



Para recibir el bautismo submarino y tras valorar varias opciones, Barbados, Seychelles,..., me he decidido por la cala de la Granadella en Xàbia que me pilla más cerca.
Junto con el resto del equipo, llegamos a la cala a las 09:00, encontrándose en ese momento prácticamente vacía.
Descargamos la totalidad del equipo y procedemos a su comprobación. Tubo, aletas y gafas. Todo OK.
Tras ajustarme las aletas y las gafas emprendo camino hacia la orilla andando hacia atrás (ya os he comentado que he visto muchos documentales.)
Noto que las aletas se me clavan en el empeine y me molestan bastante.
Las gafas ya aparecen empañadas y todavía no me he sumergido. Recuerdo que en los documentales los especialistas proceden a escupir en las gafas para evitar esta molestia. Yo también procedo.




Las aletas me continúan fastidiando.
Por fin consigo llegar al agua y aunque las aletas me hacen ver las estrellas, y no las marinas, la visión del fondo me parece fascinante, peces y rocas se muestran en un agua transparente.



De repente los cánticos de sirena vuelven a sorprenderme.
Salgo a la superficie y observo que la vida es bella. Tangas, topleses y cuerpazos varios han poblado la cala antes vacía.



Si Ulises se ató al mástil de su nave para evitar la tentación, yo empañé las gafas para evitar tal bella visión y centrarme en el fondo acuático.
Nada que hacer. Las sirenas me rodean y me ofrecen imágenes tan espeluznantes como esta.




A partir de ese momento decido abandonar el mundo marino para incorporarme a la fauna terrestre y disfrutar del entorno.
Al llegar a la toalla y quitarme las aletas observo que tengo el pie bastante dañado. Resulta que las aletas llevan un plástico en su interior que hay que quitar antes de ponérselas. Ya os digo, un especialista.
Con los pies entumecidos de dolor y llegada la hora de comer, elegimos el restaurante Rosita situado en la parte alta de la cala en un establecimiento de dos plantas.
Muy recomendable tanto por su comida (paella y entrantes muy buenos), su excelente y amable atención y sobre todo por sus inmejorables vistas.
Para que os voy a poner la foto de un plato de paella pudiendo contemplar esto.



La paella y el cansancio del madrugón se apoderan de mi ser y bajo a la playa a intentar aplacarlo bajo la sombrilla.
Imposible.
Las sirenas vuelven a la carga y no me dejan dormir.
Allí donde giro la cabeza observo imágenes terribles.



Nota: os dejo una foto de la sirena más linda del lugar y que hizo las fotos que ilustran esta entrada.



Por cierto, hoy el blog cumple 2 años.
A ver si os animáis con alguna felicitación.