Obligado por mis apolíneas formas y como sexymbol del barrio, me he visto contra mi voluntad en la tesitura de posar junto con unas falleras despelotadas.
Para empezar hemos parado a almorzar a la sombra de la falla de Convent Jerusalem, en el bar la Gaviota, donde hemos encontrado una amplia selección de productos en la barra, muy apetecibles tanto a la vista como al paladar, dando buena cuenta de unos bocatas de calamares y de chipirones junto con dos cervezas, a lo cual he sido invitado por el amigacho.
Después del "acto" fotográfico me he desplazado a Valencia junto con el amigo Alfredo. Este tipo de excursiones era habitual en tiempos pasados y lo de hoy ha sido un remember.
Para empezar hemos parado a almorzar a la sombra de la falla de Convent Jerusalem, en el bar la Gaviota, donde hemos encontrado una amplia selección de productos en la barra, muy apetecibles tanto a la vista como al paladar, dando buena cuenta de unos bocatas de calamares y de chipirones junto con dos cervezas, a lo cual he sido invitado por el amigacho.
Si algún día vais a Valencia y no sabéis donde almorzar, os lo recomiendo.
Salimos y lamentamos el día gris que nos acompaña, malo para nuestras expectativas voyeuriles.
Damos la vuelta al ruedo de la falla ganadora de la sección especial para proseguir hacia la falla del Pilar, camino de la cual nos encontramos en persona al gran Loquillo, ya con el tupe blanco, que viene de contemplar una falla en la cual es el monumento principal.
Se nos saltan las lágrimas al contemplar dicha falla, ya que trata de la movida, de los grupos musicales, del cine, del boli bic, de naranjito, .... rememorando el año 1982, cuando yo contabla la tierna edad de 15 años y tenía el bigote por afeitar (tipo Pantoja).
Continuamos el recorrido y observamos que la crisis ha echo que la gente ya empiece incluso a llevar los ataúdes a cuestas para enterrar a los suyos. Lamentable.
Impresiona la falla del Pilar por su tamaño, a destacar el ninot de Carmen de Mairena (fijaos en el paquete).
Atravesamos el Mercado Central para dirigirnos a Na Jordana, conversando sobre el doctor muerte, el urólogo de mi amigo con manos de pelotari vasco y dedos como botifarras catalanas (se nos vuelven a saltar las lágrimas).
De camino nos encontramos con una pequeña pero muy divertida falla que ha obtenido el primer premio de la sección sexta, de la cual os dejo estas imágenes.
Después de patearnos media Valencia y con una patata en el calcetín, vuelta a casa.
Estimat Alfredo, el proper any pague jo el esmorzar.
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