EL GUARDIÁN DEL ÁGORA

Como ya os adelanté en la última entrada, el pasado fin de semana coincidí con Andreu Buenafuente en el Open 500 de Valencia.
Desde el año 2007 que fui a verlo a Barcelona, no habíamos coincidido bajo un mismo techo.
Mucho ha llovido desde entonces y aunque yo estoy igual o mejor, Andreu le ha dedicado tiempo a la dieta mediterránea criando “barriguita” de famosa.
Lo nuestro es una enemistad manifiesta debido a los celos, ya que no soporta, que éste, vuestro blog, tenga más visitas que el suyo en la Ribera Alta, a lo que habría que añadir que nunca superó el que le levantara a su novia de entonces, Carolina Ferré.

La magnificencia de la obra de Calatrava ha sido artífice del encuentro. Esta Lonja del siglo XXI ha albergado un nuevo Open, congregando a grandes tenistas, artistas, tías buenas, personalidades y público en general.

Y allí estaba Andreu, sus gafas rojas, su perilla, informal, disfrutando de la velada.

Con intención de limar las asperezas del pasado me acerqué hasta donde estaba y depositando mi mano sobre su hombro le dije:
“Xé Andreu!”
Y mirándome a los ojos y dando una larga calada al pitillo me dijo:
“Adéu”, y se marchó sin mirar hacia atrás.

Entendí por su actitud que esto es definitivo y de que no hay posibilidad de acercar posturas.
Apesadumbrado por lo acontecido intenté hacer borrón y cuenta nueva para disfrutar del evento deportivo.
Todo ha mejorado con respecto al año pasado, sobre todo los precios, menos partidos por más precio. Collonut.

En cuanto al tema culinario, el paladar corre a cargo del Maset de Juan Carlos Ferrero, comandado por el magnífico chef Paco Morales, encargado de mimar con sus deliciosas comidas a tenistas y visitantes, al módico precio de 75€+IVA. (La cola feia por per entrar).

Como había tanta cola para acceder al Maset, y ya que casualmente llevábamos unos bocadillos en la mochila, escogimos la alternativa de cenar bajo el puente de Calatrava (el jamonero lo llaman) a modo de modernos Carpantas. Que bonito, las estrellas, las luces de los coches que pasan, alguna colilla que tiran desde el puente…. Preciós.