9 oct 2009

RESTAURANTE SALAMANCA (CULLERA)

Hoy día de la CV, hemos ido a Cullera a celebrar el día festivo a comer al Restaurante Salamanca.


El restaurante está situado en el paseo marítimo y cuenta con una amplia oferta de mesas en su terraza y con estupendas vistas a la playa.

Nos ha atendido el camarero nº 2, el cual al preguntarle:

"¿Qué hay para picar?", ¿tenéis chopitos?, y el muy dicharachero no ha dicho ni mu, ha dejado la carta encima de la mesa y se nos ha quedado de plantón esperando nuestras peticiones. Todo un profesional el nº 2. Me nos mal que no nos ha tocado el nº.3, ya que si el número indica el ranking de camareros dentro del establecimiento.......
Alentados por sus indicaciones (seguía sin decir ni mu), pedimos puntilla, mejillones, cacahuetes, papas y las bebidas.

La mesa presentaba una serie de zonas pegajosas y guarringas, y así se ha quedado para los restos de la comida.


Vamos a lo que nos interesa, la comida:

Los mejillones llevaban picadillo y eran de gran tamaño, le ponemos una nota de 7.
La puntilla estaba exquisita, buenísima, le ponemos un 10.
En nuestro ranking particular la puntación media es un 6 por guarringos.
Lástima de la pringue mesa y del nº. 2. El total nos ha salido por:

No sufras no te falla la vista, la foto está borrosa

La idea era hacernos con unos helados y nos hemos encontrado con la agradable sorpresa que en la heladería Don Tito (¿será del bigotes?), ofrecían dos helados de tarrina al precio de uno. Resumiendo un 2x1, (3,40€). Y como muestra un botón:


Para rematar el día nos hemos pedido unos bocatas para cenar del 2R, la R es de Ramón el 2 no tengo idea.

En el 2R hacen unos magníficos bocatas en los que cabe destacar desde el pan, está como acabado de hornear y el rebosante contenido de buena calidad.

Me he tomado una caña mientras preparaban los bocadillos, y os puedo decir que ha sido lo mejor del día, muy fría, con lo justo de espuma y en vaso chato. Estupendo.

Aquí los tenéis antes de meterles mano,

Bueno, mañana tenemos cena con unos amigos en el Graham, un clásico que nunca falla.

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